domingo, 15 de marzo de 2009

El buitre

El buitre


Nos encontramos frente a una fotografía, que por su difusión y la dimensión de lo que denuncia tomó el carácter de icónica. La hemos visto muchas veces, y siempre, el malestar se hace presente al imaginarnos el hambre y la muerte inminente.
Es lo esperable: no es posible que alguien quede indiferente frente a lo real sostenido en esa imagen, no es posible quedar impasible frente a lo obsceno.
El hambre, la desnutrición, la desigualdad extremas existen, todos lo sabemos. Sucede con esta imagen, que algo irrumpe en nuestra vida como un desgarro, y por un lapso de tiempo nos interpela.
El fotógrafo Kevin Carter, autor de la toma, se quitó la vida al poco tiempo de haber recibido el Pulitzer por esta fotografía.
Al conocer algo de su vida, vemos a un hombre comprometido con su tarea y con su país. Siendo blanco, se enfrentó al apartheid desde el periodismo. Su arte era una manera de combatir, de disparar contra un régimen aberrante: el obturador fue su gatillo, el objetivo, la caña de su fusil.
Muy joven, Carter supo quién era el enemigo, y contra él habría de disparar, aun a riesgo de su vida.
Sin embargo, Kevin Carter también fue un ser humano con todas sus debilidades: una historia de adicción a las drogas y a su trabajo se hace presente en su biografía.
Llegó el año 1993 y el maldito instante de la maldita toma. Y el de la decisión, esperable en un fotógrafo documentalista, de no actuar más que con la cámara.
Pero un fotógrafo documentalista, no deja de ser un hombre. Y Carter no pudo sostener en su vida el hecho de no haber actuado como hombre y ayudado a la niña.
Al año siguiente, el premio y a los meses el suicidio.
Nos surge esta pregunta: ¿Qué se premió con ese premio? ¿Qué se ve en esa imagen que, a pesar de resultar insoportable, la hace merecedora de un homenaje tan importante?
Lejos de ser la niña que aparece en primer plano, lo que convoca y casi fascina por el horror es el buitre.
Ese buitre siniestro, es como una metáfora… o si se quiere es muchas metáforas: es el fotógrafo agazapado esperando el instante óptimo, es la economía sin rostro, los millones de dólares, las toneladas de alimentos que arroja a la basura todos los días la clase media mundial, es la dignidad negada, es la personificación de un sistema impasible, productor y repetidor de esta escena.
Tal vez ese buitre seamos un poco nosotros, observadores indignados y a la vez atónitos e impotentes, que nos asomamos un instante a esa ventana, para luego cerrarla y continuar con nuestras vidas… lejos, muy lejos del hambre, de las balas y de los buitres.
¿Será acaso, que ese premio es para el buitre? Buitre-fotógrafo, buitre-sistema económico mundial, buitre-espectador-conmovido-impotente?

Mariana Bergandi

2 comentarios:

  1. Ah, Mariana! A mí me surge otra pregunta que multiplica el horror: ¿Cuántas niñas en todos estos años, habrán tenido un buitre detrás esperando su último aliento? ¿Cuántas hoy mismo? ¿Cómo podemos aceptar que algún gobierno destine 700.000 mil millones de dólares para "salvar" un sitema financiero cuando qué, si ese dinero fuera repartido entre los habitantes del planeta, nos haría a todos más de cien veces millonarios? ¿Cómo hemos llegado a "el buitre detrás de la niña"? Se me ocurre que en realidad no es un buitre, sino gran parte de la humanidad que por no querer mostrar el rostro, se "vistió" de buitre...

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  2. Hola Astarosta!
    Gracias por comentar, y por tus preguntas... que originaron otras al ser leídas. Creo que si un texto nos pone en situación de seguir preguntándonos, de alguna manera logró un cometido.
    Hasta pronto!

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